5 may 2009
Mientras te esperaba
1 sept 2008
El anticipo
3 ago 2008
Para un general
22 jul 2008
Seek and destroy
- Buenas noches Sr…
- L, Sr. L.
- Sr. L, soy la Dra C y voy a atenderlo. Le voy a hacer algunas preguntas y necesito que me conteste brevemente.
El típico interrogatorio, nombre completo, fecha de nacimiento, sexo - todo en esta vida es posible y hay que asegurarse – y cuando llego a lugar de nacimiento y escucho Lima, Perú de respuesta, entonces dejo de escribir y por primera vez le sonrío.
- ¿De verdad eres peruano?
- Como la mazamorra. Solo que no parece.
- ¿A qué te dedicas aquí, L?
- Trabajo de snowmaker en el verano –peruano, claro está-. Justo ahí, con uno de los asientos que transportan a la montaña para esquiar, me golpeé la cabeza cuando los encendieron si avisarme. Allá en Lima estudio gastronomía pero vengo siempre por los tres meses de vacaciones.
- Ah, entonces hace años que no vas a la playa y estás enterrado en la nieve. Con razón jaja.
Entonces termino de hacer las preguntas, no sin antes enterarme que no era la primera vez que tenías accidentes aparatosos con golpe en la cabeza. Ya eras caserito en palabras simples, así que decidí revisarte antes de poner los puntos.
- Esta cicatriz…
- De un golpe contra la pared de mi casa, creo que algunos techos no se han hecho a mi medida, aunque en ese hasta tú te habrías golpeado la cabeza.
(Por insinuar que soy chiquita te jalo los cabellos)
- Uy, disculpa. Y esta cicatriz…
- Cuando mi hermana me golpeó con un bate por haber hervido a su barbie.
(Bien hecho pienso, castigo a esos hermanos que destruyen propiedad privada)
- Y esta cicatriz…
- Ah, cuando en el colegio me corté la cabeza con un hacha.
(Primero me río porque pienso que estudiaste con los locos Adams para andar accidentándote con un hacha, pero luego algo viene a mi mente)
- ¿En qué colegio estudiaste?
- En el WWE.
- Y estabas en 2do grado, en la actuación de Fiestas Patrias, ¿cierto?
- ¿Cómo sabes?
- Así que tú fuiste el monstruo del hacha.
- Ese mismo soy yo. Al menos te di una semana de vacaciones.
- Dra C, ha hecho toda la historia imagino.
- Sí, Dr H. El paciente está listo para aplicar los puntos de sutura en la herida contusa de la región parietal.
- Le pondré grapas. Guantes, por favor.
El Dr. H., conocido por el ausente trato directo con los pacientes, te pone un poco de anestesia y procede a ponerte las grapas. Una, dos, tres. Ya, dijiste, y ya dije yo pensado que se había acabado y tú ni lo habías sentido porque el bloqueo de la lidocaína impedía la sensación de dolor.
- Una más, Dra. C, sino nos denuncian como siempre.
Grito de dolor, porque en esa zona no te habían puesto nada. Así es la vida, compatriota, del curar y ser curado.
- Listo. Dele un analgésico y que se vaya a descansar. Ud. También puede ir a dormir dos horas, luego de regreso a la guardia. Estaré en la habitación de médicos.
Termino de limpiar la herida ya cerrada, busco unos analgésicos, las 100 hojas de información sobre los accidentes de trabajo, el ibuprofeno y los procedimientos hospitalarios que te tengo que dar por la política americana de abrumar al paciente de datos médicos que a la larga, se dan para prevenir las demandas. Te los doy y tú ya estás prendiendo tu IPOD. Escucho algunos acordes de Metálica de tus audífonos que me imagino te dejarán sordo algún día. Has decidido irte caminando y no en ambulancia a pesar de la insistencia de la asistenta y la auxiliar, no sé si porque te sientes ya mejor o porque te ha avergonzado que te diga teatrero y trágico por llegar a mi emergencia en camilla por un golpe de cabeza.
- Bueno L, mucha suerte en esta ciudad. Es difícil, peligrosa y fría… aunque tú eres el amo y señor de la nieve. Ya nos veremos algún día allá en Lima.
- Claro, te debo un buen lomo saltado, que es lo que mejor me sale y lo que más quisiera comer ahorita. El golpe me ha dado hambre.
Running,
On our way.
Hiding,
You will be
Dying,
A thousand deaths
Searching,Seek and Destroy
Supayniyux
10 jul 2008
Pedacito de vida
Por eso cuando te fuiste a Holanda a trabajar, me sentí como se sienten las cosas buenas que duelen. Tristeza por tu partida, alegría por ti. Tú ya no vivías en la casa por varios años, pero la lejanía de un hermano siempre es importante. Ya allá, con la increible capacidad de trabajo y ese ímpetu que siempre tuviste, decidiste quedarte. Nosotros fuimos a verte el año pasado y me di cuenta que eres feliz allá. Conocimos a tu chica, la holandesa que ahora es tu esposa y supimos que tu vida iba viento en popa.
Mientras llegue ese día Sandrito, quiero que sepas que todos aquí somos felices por ti. Mi mamá le tejió el roponcito con un cariño inmenso, y mi papá le anda diciendo a sus amigos que ya nació su séptima nieta. Yo le compré un vestidito aliancista y seguro me mandarás las fotos cuando se lo ponga. Todos esperamos verlos pronto Sandro, sobre todo yo. Que aunque eres mi hermano mayor, de alguna forma pude ver ese instinto paternal, ese cariño y ese amor que dabas mientras sostenías mi mano chiquita cuando me llevabas a mi cole, y mientras sostenías mi mano cuando bailaste conmigo en mis 15 años. Tú mas que nadie serás un buen padre y cuando eres feliz, nosotros también.
Te quiero mucho Sandro, a la distancia.
Supayniyux
1 jun 2008
Yo tengo fe
Comando Svr
Como en el partido contra Sao Paulo para la Copa Libertadores 2007, cuando ya habíamos perdido todos los anteriores, no era ni siquiera "matemáticamente" posible coneseguir algo y como dijeron muchos, jugábamos por nada. Yo tenía guardia ese día en el Hospital Dos de Mayo y pedí permiso por tres horas, caminando ese 28 de febrero en ropa de cirugía con mis amigos de la universidad por Isabel la Católica para llegar a nuestro destino. Es cierto, no éramos muchos pero como me dijo uno de ellos, éramos los que débíamos estar. Y con tristeza vi que mi equipo realizaba una campaña desastroza, pero con orgullo vi que incluso cuando no había nada que ganar, mas que el honor, la fidelidad del pueblo acompañaba en las buenas y en las malas, como dice la canción. Cuando terminó el partido y volví a mi guardia, entrando a sala de operaciones el doctor, que sospechaba el motivo de mi ausencia, me preguntó si había valido la pena ir a ver a mi equipo perder. Yo le contesté con sinceridad y cariño que siempre valía la pena ir a ver a mi equipo.
Por eso, en el partido contra San Martín del año pasado en Matute al que no pude ir porque estaba en otro continente, tan lejos de la cancha pero tan cerca del sentimiento, a penas llegué a Roma fui a buscar una cabina para poder enterarme del resultado. Tenía puesta mi camiseta, que llevé a todo el viaje como muestra de que los amores se llevan a todos lados, y cuando entré y vi el resultado - San Martín 5, Alianza Lima 0 - por poco y me caigo de la silla. ¡Qué tristeza obtener un resultado así, pero qué dolor más fuerte el no haber podido estar en la tribuna al lado de mi equipo! Con más convicción que antes, lo quise más y esperé con ansias el volver a Lima para estar nuevamente ahí, donde el hincha debe estar: en el cemento.
Alianza Lima este año realizó una campaña pésima. El trabajo de Arrué no bastó y las falencias tanto tácticas, dirigenciales y emocionales nos había traído más tristezas que alegrías. Es así que cuando llegó el partido contra San Martín en el Callao, pensé que era oportunidad para una revancha y saliendo apurada con mil artilugios para poder llegar, nos fuimos con Beto al Miguel Grau. Llegamos y vi que era un partido muerto: jugar con un equipo que no tiene barra en absoluto ensombrece el ambiente. No éramos mucho otra vez, es cierto, pero nuevamente estuvimos los que debíamos estar. Y es entonces que llegaron los goles... en contra. Lo extraño fue que muchos no se daban cuenta hasta que volteaban - como yo en dos de los 5 que nos metieron esa noche - y veían en el tablero luminoso el resultado. Uno, dos, tres, cuatro... cinco. Parecía una pesadilla en cámara lenta, un suplicio decadente para nosotros, que veíamos estupefactos como estos individuos en la cancha jugaban todo menos fútbol, ponían todo menos corazón y sudaban todo menos la camiseta. Era descorazonador ver los intereses de miles - aunque esa noche solo hayamos sido cientos - en manos, o mejor dicho pies de gente que parecía jugar en cualquier equipo de barrio menos en Alianza Lima. Muchos de nosotros desesperaron, algunos ya querían irse y hasta concertaron ponerse de pie todos y salir al unísino para hacer sentir la protesta y rechazo ante esa actitud. Felizmente entraron en razón - nada se soluciona saliendo - y nos quedamos ahí, en ese frío del Callao puteando a jugadores que solo querían que se acabe el partido para terminar la verguenza, pero alentando a esos colores dueños del corazón. Cuando terminó el partido y la gente no sabía exactamente qué había sucedido, miraba el 5-0 en el tablero una y otra vez esperando que en una parpadeada el número aminore, empezamos a salir caminando despacio, meditando en qué estaba sucediendo con este equipo y cantando en voz baja: No puede ser blanquiazul, aquel que no haya llorado, aquel que no haya sufrido, cantando aquí en sur.
Luego de ese miércoles desastroso, muchos pensaron que era el debacle de Alianza Lima. El sábado, a solo tres días, jugábamos contra José Gálvez y todos pensaron que nadie iría al estadio. Que la tristeza había matado a la fe, que los resultados no nos habían acompañado y que el hincha aliancista estaba harto del fracaso. Pero no fue así, y es que Alianza Lima es más grande que sus problemas. Qué emoción el estar en sur, arriba en la fila más alta, en el medio donde siempre estoy y ver que poco a poco la gente iba llegando! Hombre, mujeres, niños, almas aliancistas que habían decidido apoyar a su equipo a pesar de tantas derrotas seguidas, a pesar de tantas penas. La tribuna fue haciéndose más grande con cada voz que se iba aunando al canto, al aliento, al amor. Ya lo había dicho la página de la barra: Aquí solo hay dignidad. Y estuvimos ahí, dejando garganta y corazón, gritando que como todos los años, esa tarde esa tarde esa hinchada había venido para estar a tu lado, para quedarse contigo. Una tras otra, arena tras arenga, el equipo se mostró diferente. Otra actitud, otro sentimiento, otro juego. La presión de toda esa masa de gente tuvo sus frutos y Aguirre nos regaló tres alegrías luego de tantas lágrimas. No era la absolución final, pero era un resultado positivo después de no sumar ni siquiera de a uno. Ya cuando terminó el partido y veía a todos salir desde arriba, me sentía orgullosa de esas tardes en las que mi hermano me enseñaba las canciones de Alianza y de a pocos me enseñaba a tener corazón.
Estamos en tiempo de receso por los partidos de la selección. Alianza ha respirado nuevos aires con la llegada de Páez que da a muchos una esperanza de cambio y mejora. La meta - lamentablemente - es quedar entre los 7 primeros ansiando campeonar en el clausura para pelear el título nacional. Creo que este técnico ha sido una de las contrataciones más acertadas que ha realizado esta directiva. Y es que así como en el sillón presidencial se enquistaron politiquetes, en la FPF se enquistó el incompetente de Burga, en la U se enquistó Gonzales, estamos ad portas de un nuevo dictador dirigencial en nuestra tienda. Franco, para ira de todos nosotros, a lo mejor está esperando que el Nene Cubillas vuelva a jugar en el equipo para convocar a elecciones. Cómo es posible que habiendo pasado tanto tiempo no se haya hecho nada y este señor se mantenga como presidente del club realizando compras de jugadores que rayan con lo ridículo e increible. El año pasado y lo que va de este año, hemos recibido no paquetazos sino PAQUETOTES, jugadores totalmente fracasados, sin atisbo de buena técnica o al menos coordinación para hacer algo bien. Nosotros los hinchas, la parte más importante de todo este baile, nos hemos jalado los cabellos y gritado a los cincuenta mil demonios cómo era posible la inclusión de esa sarta de idiotas que solo nos producían úlceras de stress por los goles perdidos, las pelotas cedidas y las humillaciones. Nadie sabe con qué criterios traían a técnicos desconocidos - caso Aguirre - qe se iban sin pena ni gloria pero con billetes, o a jugadores paupérrimos futbolísticamente hablando - Poroso y compañía que levanten la mano - que no aportan absolutamente nada pero sí cobran con puntualidad. El señor Serna ya es el caso estrella, un incompetente que para mí cortaba el césped en el club de donde viene porque aquí, al entrar a la cancha no solo no funciona sino que estorba, por eso creo que es mejor que lo expulsen para que deje hacer a los que saben su trabajo. La contratación de Montaño fue tomada como salvadora cuando en un equipo juegan 11, no uno contra el mudno entero.
Por todo esto, la venida de Páez, con buenas referencias en su trabajo en clubes y selección, da motivos para esperar. Esperar la mejora, esperar la entrega, esperar la técnica, esperar la magia, esperar sumar... en fin, esperar volver al lugar que Alianza Lima se merece. Para que el cuerpo avance, las partes deben hacerlo en conjunto. La dirigencia debe convocar a elecciones para que los socios (que con su número no son representativos) elijan a quien podría traer cosas buenas a Matute. Los socios deben exigir transparencia y trabajo correcto de quienes tienen obligación de hacerlo. Los jugadores deben exigirse al máximo, porque de mover la pelota viven y alimentan a sus familias, y deben tener en cuenta que no juegan en cualquier equipete de provincia, sino que están defendiendo la camiseta más gloriosa y entrañable del Perú. Y por último nosotros, los hinchas que cada domingo - y miércoles cuando se debe - están llegando a las puertas del estadio, con el mismo amor de siempre, con esa expresión de ir a ver a quien se quiere con la camiseta puesta y el deseo de entregarlo todo, debemos hacer nuestra parte sin importar el resultado, las circunstancias o el momento. No podemos votar en contra de la dirigencia o a favor de otra, no podemos jugar el partido ni arbitrarlo como quisiéramos, no podemos cambiar lo que no nos pertenece. Pero sí podemos responder por lo que es nuestro y nos mueve el sentimiento cada tarde que pasamos el umbral de Matute para entrar a la popular: alentar con alma, corazón y vida siempre, sin cesar.
Arriba Alianza!
Supayniyux
25 may 2008
Troglodita
Napoleón Bonaparte
Acabo de leer tu mail, tranquilamente y sin renegar, tratando de respirar profundo y mantener la bilis donde pertenece. Mi conclusión: eres un payaso. No puedo decirte otra cosa porque prefiero reirme antes de colpasar por tu estupidez.
Recuerdo cuando te conocí hace más de dos años, en una de las noches de estudio en la casa de Carmen. Tú, minero, eras el primer puesto de tu promoción y estabas también en esa casa estudiando con el hermano de Carmen. Conversamos y de alguna forma, me di cuenta que tenías un gran coeficiente intelectual pero uno emocional que daba negativo. De alguna forma también, vi tu neanderthalismo un poco interesante (pienso en todas las veces en que las mujeres tienen un lapsus de percepción distorsionada de la realidad, un breve alejamiento del sentido común y racionalidad) Después de algún tiempo, ya que yo había terminado con el chico con el que estuve dos años - mal momento para comenzar una relación - decidí estar contigo y ver qué pasaba.
No pasaron ni tres semanas para darme cuenta de que eso no iba ni para delante ni para detrás. Yo sé que tú me querías, y sé que te esforzaste en que todo vaya bien pero nada se puede forzar en realidad. Lo que no es para ti, no se quedará contigo. Tú mismo te autodenominabas hombre-bestia y en realidad todo el tiempo que dedicaste en pulir tus estudios, lo perdiste en pulir tu personalidad. Tu falta de tacto, de cordura, de palabras ecuánimes, en pocas palabras tu tan celebrado intento por ser un hombre de Cromagnon más terminó por abrumarme. De alguna forma totalmente inexcrutable para mí, alguien te había hecho creer que tal forma de violencia y tontería nos gustaba a las mujeres (hombres, que no saben diferenciar cuándo es buena una imposición de fuerza que de alguna forma tierna te intimide, muy diferente a besos que te dejen heridas y dolores durante toda la semana) Así que con pocas palabras y en los mejores términos porque a fin de cuentas yo te apreciaba y tú me querías, se terminó lo que ni siquiera había terminado de iniciar.
Al tiempo yo volví con la persona con la que había estado tanto tiempo, y tú te conseguiste una enamorada de despecho - y no porque yo lo haya descifrado sino porque increiblemente tú me lo escribías en los mails - por lo que te deseé alas y buen viento. Tú te portaste mal un par de veces creyendo que al verte con ella yo iba a ingresar a un status de estigma y sangrar por las fosas nasales mientras convulsionaba de los celos que no me cabían en el pecho (todavía creo que los hombres han visto demasiado "Amores Prohibidos" o "El Noveno Mandamiento", entre tantas otras pastillas televisivas para atrofiar la mente) y yo obviamente solo sonrei esperando que los 5 años que me llevabas cronológicamente en algún momento salieran a relucir con un comportamiento alturado y no de ingresante a secundaria. Eras ya un ingeniero de minas y me pedías que no te hable por el msn porque tu enamorada se molestaba!! Así que te hice el favor y te bloqueé del msn, del Hi5, te borré del celular y de todo registro donde pudiera haber viso de comunicación contigo porque tu inmadurez llegaba a límites insospechados.
Te encontré en la fiesta de cumpleaños de Carmen. Para mi no sorpresa, tu enamorada no había ido. Y no pasó mucho rato para que te acercaras, primero en un plan de don juan (así, en minúsculas) y luego terminaste diciéndome que estabas con ella porque querías olvidarme. ¿Te parece de caballeros decir eso? Si en verdad piensas que una mujer valora que le digas que por ella estás envuelto en una relación que solo usas para olvidarla, dejando a tu enamorada como la más ridícula de las incautas, entonces no has leido el libro correcto. Sientiendo pena te deseé nuevamente mucha suerte y te pedi que jamás trates a una mujer como cualquier cosa, y que la chica merecía más respeto. Consejos que no oiste.
Mi relación después de tres años terminó y yo no volví a saber de ti hasta ese día que me llamaste. Mi papá, entre la coquetería, soberbia, inteligencia y responsabilidad, también me heredó el don de la clarividencia, a un paso de graduarnos de chamanes, y ni bien reconocí tu voz supe que habías terminado con tu enamorada. Te lo pregunté y me dijiste que sí, pero que no me llamabas por eso, sino que querías hablar conmigo de algo importante, y un largo bla elevado a la n más. A tanta insistencia, porque si te caracterizas por algo es por ser perseverante no siempre en el buen sentido de la palabra, accedí a una conversación en un café. Extrañamente cuando nos sentamos a conversar, te vi un poco cambiado. Te vi diferente, más educado, más ingeniero, más gente. Me alegré de tu mejora y te felicité porque a la larga, eso solo te beneficiaría a ti y a nadie más. Tú te portaste bien, no dijiste nada de más, ni siquiera cuando me contaste de lo mal que se había portado tu enamorada y como ahora estabas más solo que una ostra. Te dije lo único que podría haberte dicho en esa situación: "Sabes que para mí estás muerto, y jamás resucitarás, y si estamos hablando ahora es porque a nadie le afecta una conversación con un personaje de ultratumba, pero que eso te sirva de lección para no dejar de lado a amigos o personas importantes por una relación, porque cuando se pierden las cosas ya se pasó el tren del arrepentimiento y tú ni lo viste" Tú sorprendido, me escuchaste y me dijiste está bien. Se terminó el café y cada uno se fue a su casa, ni más ni menos.
Y ayer, que salgo tarde de clases y me voy a la verbena de mi universidad un rato para relajarme y divertirme un rato, llego y te veo ahí, con Carmen y unos mineros más. Saludo, un par de palabras y me voy a bailar. Lo curioso es que nuestra interacción en toda la noche fue un baile, un pásame el vaso y un a qué hora se van. Cuando ya era hora de irme, pregunto quién salía también. Para mi mala fortuna nadie tenía planeado despegarse de la orquesta, salvo tú, que también te ibas porque tenías que trabajar. Esos son los momentos donde enerva ser mujer (así como cuando quiero ir al estadio a ver a mi equipo y ninguno de mis amigos puede y yo me tengo que quedar en mi casa lamentándome el no ser hombre para cruzar con frescura Matute e ir a alentar), porque la salida de la verbena era peligrosa y aunque andar contigo era un peligro, el riesgo de ser asaltada en el puente que debía cruzar lo era aún más, así es que no tuve más opción que aceptar que me acompañes a mi casa. En fin, la tuya quedaba cerca.
Tomamos el taxi. Ya conociendo tus reacciones impulsivas y tus tonterías, me pego a la otra puerta porque a lo mejor se te cruzan los chicotes y algo dices o haces. Todo bien, conversamos tranquilos de Carmencita y su próximo cumpleaños y ya pronto llegamos a mi casa. Bajas, bajo y saco mi llave. Y es ahí como rememorando tu información genética, regesionando a los antepasados de lo que hoy se conoce como hombre cuerdo, te disfrazas por un momento de un troglodita. Pienso que solo te faltaron las pieles y el cabello largo para completar el cuadro. Me tomas de la mandíbula, utilizando la misma fuerza con la que en las películas el bueno le tuerce el cuello a los soldados malos, y transformas mi intento de despedirme decentemente en un beso-mordida-lesión forzado, doloroso, estúpido. Eso, ignorante del pensamiento XX, no es espontáneo, ni romántico, ni apasionado, ni impulsivo ni producto del momento. Esa maniobra es la consolidación pura de la idiotez. Y lo incrieble es que mientras yo trataba de safarme - no como en las novelas en que primero se ofrece una cuasi-resistencia que al final se transforma en un dame más - sino realmente de safarme, no pude hacer audible mi grito de suéltame porque tus fauces me lo impedían. Hasta que la adrenalina producto de la cólera de esos 3 segundos me dio fuerza para tirarte un puñete en la cara, que fue lo único que pudo hacerte entrar en razón. ¿Qué fue lo que pasó por tu cabeza? ¿Creiste que yo iba a corresponder tu beso bestial, abrazarte y decirte: no puedo seguir lejos de ti? En qué momento de los: no quiero tener nada contigo, tu no existes para mí, no me interesas, jamás volveré contigo o tu bestialidad es lo peor que Dios te ha dado, no fui lo suficientemente clara. No puedo creer que en verdad sigas pensando que las mujeres dicen ternura, pero quieren azotes y besos a la mala. ¿Qué pensabas, Erick, que en verdad iba a suceder?
Luego de largarte y tú de caer en cuenta de la tontería que habías hecho, entro a mi casa. Para mi peor suerte, recuerdo adentro que tú guardaste mi libreta de apuntes en tu mochila. Cosa imprescindible, para mi desgracia. Me llamaste 37 veces, y en la 38 te contesté para decirte: mañana me traes mi libreta, tírala por debajo de la puerta y desaparece luego de eso. Me voy a dormir molesta, porque no hay peor cosa de que te fuercen a algo, que lo que tú digas valga menos que un chancay y que la gente se burle de lo que tú quieres, o no. Fatal, hombres que no saben pensar.
Hoy me voy a la universidad con la certeza de que alguien más que conocía ha sido absorbido por la fuerza cósmica de la vanalidad y en pocas palabras, has muerto para mí. Tranquila voy en mi clases, hasta que mi batería se termina por las 21 llamadas que me haces, sabiendo que estoy en clase y que jamás te voy a contestar. Es que acaso los hombres, llegado un momento, usan un mecanismo bloqueador del sentido común, y no interpretan que si una mujer no les responde al tercer timbrado es que no puede, o por último no quiere hablar con ellos? En que momento de la formación de varones, se les inculca que el que la sigue la consigue? Cuándo fue que perdieron la capacidad de interpretar un no como NO, y no como lo que les venga en gana? Ya fastidiada, esperando que hayas dejado mi libreta por debajo de mi puerta y te hayas ido para siempre, salgo de mi clases y me voy a mi casa.
Estoy llegando a mi puerta y escucho mi nombre. Ahí estás, sonriendo como idiota, me das mi libreta y me voy. Tienes la graciosa frescura de preguntarme por qué estoy tan molesta, y solo atinas a sonreir cuando te largo de mi entrada. Te quedas parado afuera de mi reja, en una visión coríntelladista que me encoleriza y entro a mi casa. Cuando al fin ya te has ido, reviso mi libreta porque otra vez mis conexiones con Rosita Chu me dicen que alguna tontería has escrito. Efectivamente, me pones garabatos indescifrables y lo peor, tres hojas de corazones atravesados por una flecha. Los veo y no puedo dejar de recordar la época de Servando y Florentino y me asusto de pensar que tu edad mental se ha quedado estática en el tiempo. ¿Corazones atravesados? Por favor!! Luego de eso llamas 19 veces a mi celular, y 5 veces a mi casa, hasta que mi papá de la forma más notoria posible te hace entender que me fui al Tibet a visitar fallidamente al Dalai Lama y que probablemente no regrese nunca. Ni aún así te cansas y no paras hasta escribirme un mail.
Ese es el mail que acabo de leer. Yo me pongo a pensar... qué esperaba encontrar cuando vi que me habías escrito. Una disculpa, pensé. Un arrepentimiento, imaginé. Pero no. Empiezas diciendo el floro más alucinado que podrías dar. Me hablas de la naturaleza, del desierto, de los insitintos y de cómo éstos en los leones ayudan a su supervivencia, de cómo ellos se mueven por ese impulso genético y que la vida en la selva es difícil. Yo, interpreto que has alucinado muy feo con algún capítulo de la Nathional Geographic, me sorprendo cómo te comparas con los leones (¿?) y que ayer tú también seguiste tus instintos. Que no te arrepientes porque sino después te habrías preguntado que hubiera pasado si no lo hubieras hecho. Yo intepreto que te has querido sacar el clavo y que poco o nada te importó el puñete que te di. Luego dices que ayer compatibilizamos tanto, acompañados de la orquesta, que nos imaginaste a los dos y recordaste los tiempos en los que éramos felices juntos. Yo interpreto que tienes algún grado de daño cerebral porque si para ti compatibilizar tanto es que estés parado a un metro mío, sin hablarte, y si para ti el tiempo que fuimos felices son 3 semanas insufribles, entonces no hablamos el mismo idioma. Y para terminar, me dices que ojalá se me pase pronto y ya no te de la mirada de "eres un niño malcriado" y un de estos días conversaremos sobre la vida. Yo interpreto que eres un payaso, que cree que esto es un episodio de asma que pronto se me va a pasar y que confunde una mirada de eres malcriado con una mirada de "desvanécete de la atmósfera en la que yo habito". Y si de verdad piensas que claro, uno de estos días te voy a dar una llamada para ir a tomar un trago conversando de la vida, mientras espero pacientemente a que te de un ataque de estupidez de nuevo y me quiebres y lastimes la mandíbula en tu intento de agredirme (lo que para ti es besarme), entonces pienso que el mercurio que utilizas para diluir el mineral en la mina se ha filtrado peligrosamente en tu masa encefálica y no te está permitiendo usar el lóbulo temporal adecuadamente.
Te recomiendo, minero, que te consigas una muñeca. Descarga con ella tus instintos tanáticos, deja que pasen los años y la naturaleza haga su trabajo y cuando por fin tu psique haya madurado lo suficiente y hayas entendido cómo funciona este mundo y cómo funcionan las mujeres, te busques una mujer que te soporte. Pero una con una boca muy muy grande.
Supayniyux